lunes, 26 de noviembre de 2007

Objetivo e Hipótesis

El objetivo global del Proyecto es llevar a cabo una suerte de indagación arqueológica del universo socio-cósmico de las configuraciones religiosas y sus prácticas simbólicas manifestadas, desde el VI milenio a. C. en adelante, en productos de la cultura material, en los rituales mágicos, adivinatorios, escatológicos y el peculiar fenómeno profético como otra vía de investigación del proceso que da origen a un sustrato cultural común en el antiguo Cercano Oriente.
La investigación sistemática de las problemáticas aludidas tiene especial interés porque permitirá discernir además su trascendencia e influjo, en el ámbito político y de dialéctica social, en las relaciones entre comunidades y élites en las respectivas formaciones estatales, siendo esto una de las hipótesis de trabajo. Asimismo –como otra hipótesis concurrente-, la inclusión del Antiguo Testamento como corpus de evidencias sobre estas problemáticas –en particular respecto del fenómeno profético- apunta a demostrar tanto su carácter híbrido del sustrato cultural común como su predominante propósito ideológico-político más que religioso, insertándonos así en medio de una interesante polémica de nivel internacional sobre el tema.
Por tanto el Proyecto se estructura así sobre varias hipótesis de trabajo que, aunque de estudio e interpretación separados, son concurrentes a la reunión de las evidencias que fundamenten el objetivo de la investigación.
Desde la perspectiva holística adoptada objetivos e hipótesis son interdependientes y por lo tanto se complementan de modo tal las mismas pueden ser sistematizas del modo siguiente:
1) A la luz de estudios previamente realizados se ha percibido la existencia de sutiles vínculos internos en las distintas configuraciones culturales de la macrorregión (Neolítico Precerámico B, Ubaid, Halaf, Hassuna, Samarra, Kvatskhelebi, Shengavit, Keban, Amuq, Khirbet Kerak) que permitirían fundamentar la existencia desde el 9000 a. C. de un proceso de formación de identidades culturales cuya peculiaridad radica no en su originalidad individual sino por ser expresiónes de una dinámica de fenómenos de interacción intercultural;
2) A nuestro juicio la trama de vínculos formales no constituye, desde el punto de vista empírico, una simple sucesión de procesos diacrónicos sino un proceso global “único” de carácter secuencial, por sub-etapas, desde el Neolítico en adelante que sería posible verificar tanto en las evidencias de la cultura material como en las expresiones de la cultura espiritual (religión, ideología, textualidad) –es decir donde operan la adecuaciones e intercambios del universo simbólico- en el período plenamente histórico;
3) Nuestros estudios preliminares en estas problemáticas, que nos mueven a ahondar su investigación a fin de abundar en su demostración, inclinandonos a proponer como explicación posible la existencia de un sustrato cultural común cuya influencia e irradiación dominante se ejerce en sentido norte-sur, en el caso particular del Levante;concurrentemente partimos de la idea de la dificultad de sostener la posibilidad de hablar de identidades étnicas diferenciables a favor de la identificación de identidades culturales ya que el Cercano Oriente Antiguo se nos presenta como un espacio multiétnico, casi podría decirse híbrido, donde las diferencias apreciables entre unidades de civilización sólo es realmente posible en la producción de bienes culturales. Desde esta perspectiva es otro de nuestros propósitos mostrar -teórica, empírica y epistemológicamente- la inadecuación del concepto de “etnicidad” como herramienta de análisis y como vehículo de interpretación.

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